Continuamos con el tema central de “adicción”, la que se puede definir como la evasión de un estado de sufrimiento emocional crónico, causado por símbolos fijados durante situaciones que impactaron fuertemente al individuo.

Recordemos que con el fin de evitar estos sentimientos, podemos recurrir a estados emocionales como el estrés, el enojo, la excitación o el enamoramiento (adicción hormonal) y también a sustancias ajenas a nuestro organismo que de momento nos ofrecen placer y a la larga nos hacen daño, como son la comida, el alcohol, el tabaco, la marihuana, la cocaína, etc.

Otro medio serían los hábitos adictivos como el juego, la televisión, la pornografía y, sin duda, el medio favorito extendido en el planeta tierra es la adicción a la pensamentería inútil. ¿Qué es esto? Es la costumbre de estar pensando en situaciones pasadas o ideales a futuro, imágenes placenteras, fantasías o cualquier tipo de línea de pensamiento que nos evite contactarnos con lo que sentimos, con lo que estamos viviendo en el presente, con el modo de vida que hemos creado, con nuestras frustraciones y con cada uno de los huecos de auto-percepción que tenemos.

El objetivo ideal es que cada impacto emocional sea reconstruido, que las escenas y los sentimientos que han quedado grabados en la mente dejen de hacernos sufrir; pero existe un gran miedo al dolor que representa contactarnos nuevamente con esa situaciones y sentimientos dentro de un proceso de terapia y el adicto, si alguna vez decide recurrir a algún tipo de ayuda, tiene la inhabilidad de ser constante en este proceso, pues le es más fácil recurrir a la evasión consumiendo alguna de las drogas ya mencionadas.

Existen diferentes terapias y sus resultados ofrecen diferentes niveles de conciencia al individuo. Podemos mencionar las siguientes:

REFLEXIVA: Por ejemplo, leer un libro, asistir a una conferencia, etc. Le permite tomar conciencia de sus actitudes.

VERBALIZANTE: Cuarto Camino, Psicoanálisis, tribuna en grupos de autoayuda. Le permite ejercitar la voluntad.

SUBSTITUTIVA: Neurolingüística, Logoterapia. Le permite conocer otras opciones de enfocar las cosas cambiando comportamientos a criterio del terapeuta.

CONFRONTATIVA: Constelaciones familiares, Psicodrama. Permiten ubicar la actitud y el comportamiento personal desde una visión muy realista dentro de un grupo humano y de manera individual.

CATÁRTICA: Gestalt, Bioenergética. Permiten descargar las emociones contenidas y confrontar la realidad de forma muy evidente.

RECUPERATIVA: Terapia Racional Emotiva, Inteligencia Emocional. Cuando el paciente logra rehacer cosas que había dejado de hacer y logra sensaciones de ser merecedor.

AUTO PERCEPTIVA: Terapia centrada en la persona. El paciente es capaz de centrar su atención en sus propias necesidades y resolverlas adecuadamente.

RECONSTRUCTIVA: Dianética. El paciente tiene la sensación de bienestar después de haber tenido un largo sufrimiento y estancamiento.

LIBERADORA TOTALIZANTE: La experiencia de ejercer la voluntad en cualquier circunstancia.

AUTONÓMICA: Cuando el participante tiene la voluntad y la claridad de emitir juicios sensatos y llevar a cabo acciones congruentes en cualquier entorno y en cualquier momento.

Las siguientes preguntas te darán una orientación de dónde te ubicas.

1.- ¿Constantemente en tu vida dudas si estás en lo correcto o incorrecto?

2.- ¿Cada ocasión en las que recuerdas situaciones que te han lastimado te sientes apabullado y sin saber qué hacer?

3.- ¿Estarías dispuesto a cerrar definitivamente lo que te ha lastimado, aunque fuera muy doloroso reabrir la herida emocional?

4.- ¿Has buscado diferentes métodos de curación sin efectividad?

5.- ¿Qué método usas hoy en día para sostenerte estable en tu vida?

Las tareas que te daremos a continuación te ayudarán a comenzar tu proceso de recuperación:

1.- Observa si el ocio y la pensamentería inútil te roban el mayor porcentaje de tu existencia.

2.- Observa si en ocasiones te has estimulado intensamente con recuerdos de situaciones del pasado y te quedas aturdido por varios días.

3.- Observa si las escenas que te trastornan se terminan o quedan de nuevo guardadas con dolor hasta que las vuelves a estimular.

4.- Observa si te es fácil abrir tus situaciones dañinas o si sueles evitarlas huyendo o cambiando de tema cuando te lastiman.

5.- Observa qué resistencia guardas en tu mente hacia los diferentes tipos de terapia que conoces.

Extracción del Programa "Date Cuenta"

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